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jueves, 20 de abril de 2017

DIGAME SINCERAMENTE: ¿USTED SIENTE PASION POR SU TRABAJO? O…



SIMPLEMENTE VIVE VEGETANDO?

Conozco a un extensionista que…

…recién egresado de la facultad de agronomía, y al no conseguir trabajo en lo que buscaba relacionado directamente con su profesión, lo consiguió como vendedor de maquinaria agrícola. Me decía que jamás había vendido ni una aguja… sin embargo, en el entrenamiento inicial aprendió la “ciencia y el arte de vender”, como lo leyó en el libro del mismo nombre, de Paul Ivey. Aplicó los “principios” allí descritos, se motivó por el trabajo y… logró excelentes resultados. Y aún lo sigue haciendo.

Pasó después a un instituto del sector agropecuario; pero los retos y las exigencias eran casi nulas. Se volvió exigente, crítico de todo, “tóxico”, como se diría hoy. Su jefe llegó hasta pedirle la renuncia debido a su desinterés e incompetencia.

Ideas que le cambiaron su actitud.

Un dia, en casa de su suegra, leyó un libro pequeño, que alguien había dejado sobre la mesa de la sala. Lo leyó varias veces. Tomó apuntes y empezó a incorporar las ideas como hábitos de vida. Entre ellas, estas de William James:

“El éxito o el fracaso depende más de la actitud que de la capacidad. Los hombres exitosos actúan como si hubieran conseguido algo o disfrutasen de algo. Actúa, mira, siente, como si fueses exitoso y verás resultados impresionantes”.

“El mayor descubrimiento de mi generación es que un ser humano puede alterar su vida al alterar sus actitudes”.

Me dice que muy pronto empezó a cambiar su actitud frente al trabajo; su manera de ver la vida, su trabajo, y a lograr éxitos en su profesión como extensionista; fue seleccionado para una beca de maestría; fue enviado después a unos cursos en el extranjero; ganó el concurso para un cargo a nivel nacional… Todo esto me lo contaba con una emoción contagiante. Irradiaba pasión por su trabajo.

Sigue estudiando, continúa aprendiendo.

Zig Ziglar, Stephen Covey, entre otros, son sus autores favoritos. Frecuentemente asiste a conferencias presenciales o virtuales, (le gusta ver los TED de varios autores, entre ellos Simon Sinek, Amy Cuddy), y sus libros. Escucha videos motivacionales como los de Tony Robbins, Dave Ramsay además de conferencias de psicología social…

Siempre recuerda algo que leyó en uno de esos libros: “el águila no fracasa porque no puede ladrar como el perro, ni el perro fracasa porque no puede volar como el águila…; pero el hombre sí fracasa cuando no da lo mejor de sí, cuando se dedica simplemente a vegetar, cuando no vive con pasión todo lo que hace: el estudio, el trabajo, su vida familiar…”



La extensión rural, una profesión que entusiasma.

 Conozco profesionales del campo, extensionistas y asistentes técnicos, verdaderos apóstoles, apasionados por su trabajo. Lo disfrutan. Contagian entusiasmo por lo que hacen. Dicen que la diferencia entre el éxito y el fracaso en su profesión están en volumen de entusiasmo que le imprimen.

Uno de ellos me dijo lo siguiente: “unl estudiante no fracasa porque sea malo para las matemáticas. No; simplemente, ha perdido el entusiasmo por esa materia. El profesional no fracasa en su trabajo porque ‘es de malas”. No. Si fracasa es porque ha perdido el entusiasmo por su profesión…por su trabajo”.

Recuerde –me dijo- que el hielo paraliza, detiene la vida. El agua hirviente, por el contrario, produce vapor, genera energía!. Mueve máquinas. Y el agua tibia, produce vómito! Y citó esta frase: “Nada grande se ha conseguido nunca si entusiasmo” según dice Ralph Waldo Emerson.


Cuando le pregunté cómo hacia él para mantenerse así, apasionado, motivado, me respondió que hay que fingir,  hasta el punto de serlo, como dice Amy Cuddy; “actuar siempre como si…” tuviera pasión, entusiasmo. Y me recomendó el libro Presencia”, de la autora Cuddy.

Y… usted, colega, qué tanta siente por su trabajo?











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